Cuando la Aduana compartió conmigo una de mis mejores alegrías

Autor: Juan J. González Lacassie (Montevideo)

Fecha: 14/05/2015

Corría el año 1991 y la aduana comenzaba  a transitar las operaciones con el sistema informatizado,  habían  muchas dudas de cómo  iba a funcionar,  pero de a poco comenzó a transitar ese camino, se ingresaba los DUAS a mano, ese trabajo que hoy hacen los despachantes en su oficina.

Recuerdo ese lugar físico donde hoy está ubicada la cantina, teníamos como 15 mesas de digitación, mucha gente, mucho barullo, era todo nuevo, se iba perdiendo el papel, comenzaba otra historia: la era de la informática. 

Una de esas tardes estoy digitando concentrado en mi trabajo y suena el teléfono en la mesa del fondo único para 20 personas, (les recuerdo a los más  jóvenes que no había celular, todavía no existía , solo teléfonos de línea o algún BIP los más  adelantados) , en ese momento atiende una compañera el teléfono y me dice “para vos Juancito” , me dirijo a atender pregunto “quién es” y del otro lado “Hola”.. hola  contesto y digo quién es?, soy yo Mónica.. Era mi Sra.  Yo  sabía que había ido a buscar un resultado muy importante,  lo tenía claro pero los propios nervios me hacían pensar en otra cosa.  Me quedé unos segundos en silencio y  del otro lado  siento la  voz más tierna que haya escuchado nunca , ella ya sabía que algo estaba cambiando para siempre y que algo lindo iba a suceder en nuestras vidas , un cambio que marca un antes y un después de cada persona  y me dijo …… vas a ser papá,  esa palabra tan hermosa que quería escuchar,  me emocioné con algunas lágrimas que se me escaparon, le contesto gracias te quiero mucho, te mando un beso y  corto dejando caer el teléfono sobre su base ….  Me dicen que te pasa,  no todo bien muy feliz…. voy a ser papá, no se demoraron los abrazos las felicitaciones de esos compañeros que recuerdo con cariño, algunos que ya no están, otros que veo a diario que de esta historia nada se deben acordar,  y está bien,  estas son historias  propias que sólo quedan en uno,  en lo más profundo de tu corazón , y  que siempre son lindas de  recordar ,la llegada de nuestros hijos Romina  en ese momento y luego con los años Agustín .

 Aquellos  que son padres saben de lo que hablo y  a los que tengan la suerte de serlo algún día,  sepan que es de las cosas más importantes que le pueda  pasar en sus vidas, esta es una pequeña historia para el mundo pero muy grande para mí  y ese fue el día que la Aduana, compartió conmigo unas de mis mejores alegrías.