Superhéroe

Fecha: 15/05/2014

Superhéroe

 

Ser un superhéroe no es fácil. Es una gran responsabilidad, como dice Papá.

Él también es un superhéroe. Pero es secreto. No podés contar tu verdadera identidad.

Igual yo a él ya lo descubrí. Él es el Hombre Araña. Me di cuenta el año pasado, cuando era chiquito. Hacía varios días que yo veía telas arañas en el techo de mi cuarto. Al principio me daban miedo. Pensaba que de noche, cuando Mamá me apagara la luz, iba a aparecer una araña pollito enorme y me iba a querer envolver en una tela para comerme.

Una noche me desperté de madrugada y me acordé de eso. Quise mirar en la oscuridad para ver que no hubiera una araña gigante, pero no veía nada. Me asusté tanto que me puse a llorar. Papá me escuchó y vino a ver qué me pasaba. Cuando le conté, me miró con cara de sueño y empezó con el discurso.

 

-Joaqui, no podés armar un escándalo de madrugada por unas telas arañas. ¿Vos no decís siempre que sos un superhéroe? ¿Te parece que un superhéroe le puede tener miedo a una tela araña? ¡Tenés que ser valiente!

 

No me acordaba que era un superhéroe. Cuando Papá me dijo eso me sentí un ridículo. ¿Cómo iba a llorar por esa pavada? Aunque en realidad…yo siempre decía eso pero no estaba seguro de ser un superhéroe. Nunca me había transformado todavía. ¿Y si no era un superhéroe? ¿Y si venía la Araña y yo no estaba transformado? ¿Y si estaba dormido y no me podía transformar? Además no sabía cómo transformarme. Pensando todas esas cosas volví a tener miedo.

 

-¡Yo no soy un Superhéroe Papá! ¡Digo eso jugando! ¡Además no sé ni cómo transformarme! Si viene la araña seguro me agarra distraído y me lleva.

Papá hizo una mueca que mezcló sonrisa y bostezo.

-Bueno, vos no te preocupes. Esas telas no son de arañas pollito. Son del Hombre Araña. Él sabe que vos sos un superhéroe y te tiene que cuidar hasta que seas grande y te puedas transformar. Él viene siempre cuando vos estás durmiendo a cuidarte.

-¿En serio Pa? ¿Cómo sabés?

-Porque yo lo conozco. En realidad es un secreto. Cuando sos un superhéroe no le podés decir a nadie, pero yo lo vi un día. Y como lo descubrí nos hicimos amigos. Me contó que tiene la misión de cuidarte hasta que te puedas transformar. Yo mañana mismo lo llamo y le digo que cuando venga limpie las telas. ¡Es un desordenado bárbaro! Ahora dormite tranquilo, que no va a venir ninguna araña pollito gigante. ¡Y no le vayas a decir  a nadie que sos un superhéroe! Acordate que es un secreto. Yo sé porque soy amigo del Hombre Araña, sino no me enteraba. Hasta mañana.

 

Lo que me dijo Papá me quedó en la cabeza. ¿Sería verdad que conocía al Hombre Araña? Y si era verdad… ¿por qué le contó que yo era un superhéroe?

No entendía nada, pero al otro día me di cuenta.

Era Sábado y yo había ido con Mamá al supermercado. Me encanta ir porque ella siempre me compra algo. Papá rezonga porque dice que me va a sacar caprichoso, entonces Mamá y yo llegamos a un trato. Ella me compra algo y yo me lo como por el camino.

Esta vez se puso a llover apenas salimos, entonces volvimos rápido. Cuando llegamos fui directo al baño porque estaba apurado. Pasé por la puerta de mi cuarto y lo vi a Papá, subido a un banco y con una escoba en la mano. Estaba sacando las telas del techo.

Lo vi y entendí todo. No es amigo del Hombre Araña… ¡él es el Hombre Araña! ¡Por eso sabe que yo soy un súper héroe!

Era obvio, para cuidarme tiene que estar transformado, por eso aparecen las telas. Y no las limpia de noche para no hacer ruido y despertarme… ¡Es un fenómeno!

Me fui al baño contento. Él no me vio y yo no le dije nada.

 

A los pocos días me enteré cuál es mi verdadera identidad.

Mamá, como todos los Miércoles, había hecho una pascualina. Y yo, como cada vez que ella hacía verduras para cenar, no quería comer.

Me quisieron convencer pero no hubo caso. Lloré y todo. Me dijeron que si no iba a comer me fuera a mi cuarto, porque no había otra cosa.

Yo prefería pasar hambre que comer esa mezcla verde, entonces me fui a acostar, con hambre y todo. Al rato apareció Papá. Se quería hacer el enojado, pero yo sabía que estaba a punto de reírse. 

 

-Joaquín, vos no podés hacer más eso. Mamá se esfuerza todos los días cocinando y se pone triste si no comés. Además si no comés te enfermás.

-Yo no me voy a enfermar porque soy un superhéroe, y nosotros no nos enfermamos. Vos no entendés porque no sos un superhéroe- le dije, tratando de hacerlo confesar.

-Te tengo que decir la verdad hijo. Vos tenés que comer verduras, no tenés opción.

-¡No voy a comer eso Pa!

- Joaqui, vos tenés que comer verdura porque cuando seas grande vas a ser Hulk. Si no comes verduras no te vas a transformar porque no vas a poder quedar verde…. ¿entendés?

Lo que me dijo Papá me dejó helado. No podía tener tanta mala suerte. Entre todos los superhéroes ¿justo tenía que ser Hulk? Si era verdad todo tenía sentido. Que Mamá hiciera tanta verdura para cenar, que me insistieran tanto para que comiera, todo era demasiada coincidencia. Me tenía que sacar la duda.

-¿Vos cómo sabés eso? ¿No es un secreto la identidad de los superhéroes?

- Ya te conté que soy amigo del Hombre Araña

-Por más que seas amigo, no te puede contar eso.

-Bueno, te voy a decir la verdad. Yo soy el Hombre Araña. El otro día estuve limpiando las telas de tu cuarto. Pensé que vos no estabas, no sabía que íban a volver antes… ¿no me viste?- me dijo sonriendo.

Era verdad, lo había visto. Mi suerte no podía ser peor. Iba a tener que comer verduras toda mi vida.

-Así que a partir de ahora no te quiero ver dejar ni un poquito de la pascualina de Mamá. ¡Mirá que sino voy a tener que informar que no estás cumpliendo con tu deber!

 

Y así cambió mi vida. Ahora como todo el plato cada vez que Mamá hace verduras. Es mi responsabilidad. Todavía no me he transformado, aunque intenté varias veces. Pero tengo que tener paciencia, cuando sea grande, el año que viene, seguro me transformo.


Guzmán Guarino
Año: 2013